Por esos "caminos"
No llamarse a engaño
Cuando se nombra se hace mención a un político cualquiera, sea este el que sea generalmente no suele dar nunca muy buena espina, incluso si en ese momento se ignora de qué pie o ideología política cojea. La historia no los suele presentar en muy buen lugar, todo lo contrario, Cuando a una persona cualquiera, sobre todo el que se levanta al amanecer para ordeñar las vacas y después ir al campo o al huerto a destripar cuatro terrones para mal vivir en el mejor de los casos, se le pregunta que es a lo que se dedica, sin dudarlo un momento responderá; soy agricultor. Y que hace un político, la verdad es que hace un siglo o dos, solo lo sabia el alcalde y el terrateniente del pueblo.
Hoy en día, y con el dichoso internet, hasta un recién nacido sabe que no se puede fiar de ningún político, no se trata de defenderlos o de castigarlos, suele ser inútil cuando no se sabe cuál es su verdadera profesión, ni cual es su cometido, parece ser una profesión secreta, la cual solo el y nadamas que el, sabe lo que hacer. Antes, en el siglo, XIX y hasta mediados del siglo XX, la cuestión era mucho más fácil, con eso del servicio militar obligatorio que suponía una ayuda para la política del gobernante de turno.